Durante varios años, por trabajo, realicé muchos, pero muchos, viajes internos en Perú. Eso me dio la posibilidad de tener las millas necesarias para realizar dos viajes en Sudamérica o uno hacia Norteamérica. En aquellos años, no tenía visa para EEUU y no tenía ganas de volver a México (donde había ido una vez por trabajo, mi primer viaje laboral fuera). Teniendo las millas con fecha próxima de vencimiento, me tocaba viajar o perderlas. Tuve que elegir dónde ir.
Los motivos de
mis dos primeros viajes turísticos fuera de Perú fueron muy claros. El primer
país que visité fue Colombia. La razón fue simple, quería, en un solo viaje, pasear
en Metro (ya lo había hecho en el DF) y en un sistema de buses BRT. Bogotá
tenía el BRT, Medellín, el Metro más el Metrocable. La decisión fue muy rápida.
Me quedaba por
elegir el segundo destino. Podía ser cualquier otro país de América del Sur. Tras
explorar opciones, decidí por Argentina y Uruguay. En un solo viaje podía
conocer dos países en pocos días, además, aún funcionaba en Buenos Aires la
Línea A del Metro con coches La Brugeoise, tenía que disfrutarlos antes que los
saquen de circulación. Desde BBAA iríamos en ferry (otro medio de transporte nuevo
para mí) a Colonia, de allí a Montevideo, desde allí a Córdoba, para luego
retornar a BBAA con escala en Rosario. Un periplo duro, pero intenso y feliz.
En Bogotá empecé
a explorar los mapas de la ciudad y de su sistema BRT. Pase muchas horas
evaluando opciones y precios de hoteles. Finalmente, decidí hospedarme en un
hotel en Chapinero, a pocas cuadras de una de las líneas del BRT, a medio
camino entre el centro de la ciudad y el barrio norte. Sólo tomamos los taxis
al y desde el aeropuerto. Todos los demás traslados los hicimos en el BRT.
En Medellín
igual, elegí un hotel muy cercano a una estación del Metro y desde allí,
utilizando las 2 líneas de Metro y las del Metrocable, nos movilizamos por toda
la ciudad. La ida y vuelta al aeropuerto en el bus de transfer. Todo muy
sencillo, a pesar de nuestra inexperiencia como viajeros.
Quizás mi
elección más extraña de un destino haya sido Philadelphia, fui a esta ciudad
norteamericana porque Streets of Philadelphia es una de mis canciones favoritas
y quería estar en las calles de Philadelphia, sentirme dentro de la canción.
Elegí Chicago antes que Nueva York porque siempre soñé con conocer la Torre
Sears (antes que el Empire State por ejemplo). Además, indagando, me parecía
más sencillo usar el Metro en Chicago que en Nueva York (de hecho, fue así) y
utilizar por primera vez Amtrak hacía dos destinos próximos; Milwaukee y Springfield.
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