domingo, 14 de marzo de 2021

Abancay

Abancay es una pequeña ciudad del ande peruano. A pesar del crecimiento desordenado de los últimos años, sigue siendo una ciudad acogedora y agradable, de personas amables y con muchos atractivos por descubrir en su entorno.

Hotel de Turistas de Abancay

Salvo la primera vez que la visité, donde paré en ella un par de horas por un bus malogrado, en la ruta entre Lima y Cuzco, las demás oportunidades que he ido han sido por trabajo. Si hay algo que admirar en la ciudad es el entorno eternamente verde de sus montañas andinas circundantes. La zona interesante de la ciudad, desde la perspectiva turística, son los alrededores de su plaza de armas.


La plaza de armas es pequeña, pero acogedora, me recordó algo a la de Salamina en el eje cafetero colombiano. La Iglesia, en uno de sus lados, es muy bonita. No espectacular, pero con encanto pueblerino. Seguro la misma ciudad de Abancay no es un destino turístico por sí misma, pero se puede articular como base para realizar diferentes actividades: visitar el Santuario Nacional del Ampay, canotaje en rápidos cercanos, visitar arqueológicas diversas y, sobre todo, utilizarla de base para excursiones a Choquequirao.

Durante la última visita que realicé, pude disfrutar de los paisajes de su campiña circundante, a pocos minutos del centro de Abancay. Paisajes hermosos, a una altitud óptima para disfrutar de los paisajes andinos, con un clima templado. Creo hay un potencial de articular el turismo vivencial rural con la ciudad.

Los servicios de hotelería y restauración son suficientes para una ciudad pequeña como Abancay. El Hotel de Turistas es precioso, con una arquitectura notable y un servicio de primera. Entiendo está operando a una capacidad baja respecto a su tamaño, y seguro tiene potencial para mejorar y ampliar su nivel de atención.

Para comer hay múltiples lugares, sorprendente en una ciudad tan pequeña, pero siendo el centro administrativo de la región, tiene una población flotante importante de personas que llegan para algún trámite, supongo por eso se aprecian tantos restaurantes, algunos bastante buenos.

Citaré cuatro de ellos. En primer lugar, el Pisonay, el restaurante del Hotel de Turistas, realmente bueno, agradable, clásico, antiguo, tal como me agradan los restaurantes. Sobre la plaza de armas de la ciudad, en una esquina, el Scencias, con una carta variada y muy buen sabor. Lo que más me sorprendió fueron las hamburguesas del Arenas Burger Bar, sobre la avenida del mismo nombre, realmente notables. Finalmente, un lugar tradicional, con comida autóctona, La Cabañita, en la carretera que sale hacia Cuzco, a unos dos kilómetros del centro, un lugar campestre, agradable y de buen sabor.

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