Desde San Salvador de Jujuy fuimos a Purmamarca, un
interesante destino a poco más de una hora de la ciudad. Es muy fácil ir y
retornar. Se pueden tomar los buses desde el terminal, aunque hay varios
paraderos en la ciudad, en ruta hacia Purmamarca, además de paradas en pequeños
(realmente muy pequeños) pueblos en el camino.
Ingreso a Purmamarca desde el terminal de buses |
La mayor parte de la ruta es en un interesante camino junto
al Río Grande, en casi permanente ascenso, por la carretera nacional 9, que va
hasta La Quiaca, en la frontera con Bolivia. Poco antes de Purmamarca, el bus
toma otro camino, la carretera 52, que luego de pasar Purmamarca sigue hacia
San Pedro de Atacama en Chile.
uno de los hoteles del pueblo |
Purmamarca es un pueblo muy pequeño, de algunos cientos de
habitantes, pareciera de una película americana de lejano oeste, tanto por su
arquitectura como por su entorno. Está completamente orientado al turismo, lo
que se percibe desde el arribo al terminal de buses. Sin embargo, esto no
deteriora la experiencia natural que uno tiene en el destino.
Paseo de los colorados |
Desde el terminal de buses a la plaza principal hay sólo 2
cuadras de distancia. La plaza es muy pequeña, con una pequeña iglesia en uno
de los lados y el cabildo en otro. Todo es tan distinto que pareciera que uno
se encuentra en un set de filmación y se espera que en cualquier momento aparezca
Clint Eastwood y empiece a disparar.
Desde la plaza empezamos el “Paseo de los Colorados” un recorrido de unos 3 kilómetros que
circunda la montaña de colores. El camino es una caminata ligera, que no
debería significar mayor esfuerzo físico, pero que se complica por el sol
agobiante. La temperatura cuando fuimos (inicios de mayo) no era excesivamente
alta, pero la sequedad del ambiente y la altura hace que el tramo sea algo duro.
Sin embargo, lo más difícil en el camino es superar el pánico que generan las
avispas, en ese momento muy abundantes. Por tramos uno debía cruzar entre ellas
y siempre se siente un agobio de pensar uno puede ser picado.
Las vistas en el camino son interesantes, en todo momento se
cruza uno con turistas de todas partes del mundo. Por lo que pudimos indagar hay
un muy fuerte movimiento turístico entre Atacama y Salta, Purmamarca es una
parada en el tour. Se veía por ello muchos buses turísticos y autos argentinos
y chilenos. En nuestro bus interurbano éramos muy pocos turistas, de hecho,
creo que solo mi familia y yo.
Árbol milenario |
Por lo que pudimos apreciar hay múltiples hospedajes en el
pueblo, de distinto formato y supongo precio. Pero, felizmente, en todos los
casos se ha mantenido la armonía con el entorno. Para hacer la breve visita que
realizamos no sería necesario pernoctar en Purmamarca, pero entiendo hay otros
tours más largos hacía otros atractivos cercanos que si lo ameritarían.
Tras concluir El Paseo de Los Colorados, tomamos unos jugos y
cafés en El Morado Café, estuvieron agradables y a buen precio. Fue una parada
necesaria luego de la caminata. Un momento de relax. En Purmamarca hay
múltiples restaurantes y cafés, también muchos puestos de venta de artesanías y
meriendas al paso, la oferta es variada y perfecta para una visita familiar. La
experiencia en general es muy agradable. Un destino perfecto para un paseo corto.
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