jueves, 9 de abril de 2020

Rosario de la Frontera, provincia de Salta - Argentina


En un reciente viaje a Salta, Tucumán y San Salvador de Jujuy, decidí hacer una escala en Rosario de la Frontera. Al explorar en el mapa la ruta entre Salta y Tucumán identifiqué varios pueblos intermedios que me resultaron interesantes. Finalmente decidí hacer una escala en Rosario de la Frontera. Había leído sobre el Hotel Termas ubicado en esta localidad y me pareció interesante pasar una noche en el mismo.

Llegamos al aeropuerto de Salta en la madrugada, en un vuelo directo desde Lima. Tomamos un taxi y fuimos al terminal de buses, donde esperamos por aproximadamente una hora hasta que nuestro bus partiera. Había comprado con anticipación los tickets en www.voyenbus.com, una compra muy fácil y con un soporte amable por inconvenientes que surgieron en otros tramos adquiridos, pero no por culpa suya, sino por una huelga general en Argentina.

El camino entre Salta y Rosario de la Frontera nos tomó poco más de 2.5 horas. En un camino interesante, con zonas boscosas o praderas y áreas de grandes plantaciones agrícolas. Al llegar a Rosario de la Frontera, el bus nos dejó en el terminal. Desde allí fuimos caminando al centro del pueblo. El movimiento era mínimo, muy poco tráfico y pocas personas en las calles. Es un tramo de poco más de un kilómetro y claramente estábamos en un pequeño pueblo orientado a la actividad agropecuaria.
Calle típica de Rosario de la Frontera
En la Plaza Principal del pueblo, hicimos un desayuno – almuerzo en la Peña Pachamama, con una excelente y cálida atención y un muy buen sabor y precio. Cuando se enteraron que éramos peruanos, pusieron música de fondo de nuestro país, al final nos regalaron un CD con música del propietario. Las empanadas deliciosas, el asado notable. Un perfecto inicio de la visita. La calidez de los argentinos del interior nos sorprendió muy gratamente.

Rosario de la Frontera
Luego del almuerzo, tomamos un taxi y fuimos al Hotel Termas. Una imponente y antigua construcción, en la ladera de un pequeño cerro. Un sitio que ha tenido años mejores, pero que se encontraba en plenas refacciones. Es un hotel con mucha historia, habitaciones muy amplias con mobiliario clásico. Un ascensor antiguo, añejo, que es una joya en sí mismo. Por lo que pudimos apreciar, quizás un 30% del hotel ya estaba habilitado.

Vista desde el Hotel Termas
Cuenta con dos piscinas de baños termales, una interna y otra externa, ambas con agua muy caliente y muy relajantes. Además, ofrece otros servicios como masajes y sauna. El desayuno, ofrecido en un comedor antiguo y acogedor es buffet, no muy variado, pero si suficiente. Los huevos (revueltos o fritos) son adicionales. Hay servicio de almuerzo y cena. Por el tipo de cambio, los precios nos resultaron muy favorables.

Área de Baños Privados Hotel Termas
Por mi gusto por las locaciones clásicas, este hotel me resultó perfecto. La piscina externa de aguas termales es preciosa. Cuando estuvimos en ella fue sólo para nosotros pues fuimos muy temprano, ni bien abrió y estuvimos por algo más de una hora en ella. Durante nuestra estadía hubo un par de grupos de ancianos que venían en buses desde Buenos Aires. Personas muy amables con las que pudimos conversar en varios momentos.


Luego de dejar el hotel dimos un paseo por el centro del pueblo, una clara muestra de que en Argentina todo tiempo pasado fue mejor. Me resultó un lugar lindo e interesante, evidentemente no un destino espectacular, pero si un lugar donde seguro viviría con tranquilidad. Luego de dar algunas vueltas e intentar cambiar infructuosamente dólares por pesos (algo en ese momento muy restringido), decidimos almorzar antes de partir hacía San Miguel de Tucumán. Elegimos hacerlo en la Cafetería del Hotel del Centro, en la calle Güemes. Un local básico, de pueblo, rodeados de lugareños fue un almuerzo de grandes raciones, sabores intensos y un excelente precio.


Rosario de la Frontera es uno de los lugares a los que quizás no volvería en una visita turística, salvo una estadía mayor en el Hotel Termas, pero donde seguro viviría muy feliz si tengo la oportunidad de conseguir un empleo en alguna de las empresas agropecuarias que hay en el pueblo. Conocerlo confirmó mis hipótesis sobre una Argentina que fue mejor y se va yendo inexorablemente.

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