Partiendo de la bella Union Station de Chicago, fuimos en un
tren de Amtrak a Milwaukee. Es un tramo corto, de poco más de una hora, por un
hermoso camino muy urbanizado, donde el tren hizo algunas paradas, incluyendo
una en la estación del Aeropuerto Internacional de Milwaukee. El tren finalmente
nos dejó en la Estación Intermodal de Milwaukee, lo suficientemente cerca del
centro para recorrer la zona turística caminando.
Centro de Milwaukee |
Centro de Milwaukee |
Cuando salimos de Chicago hacía frío, pero no era una
temperatura extrema. El día anterior había soleado y caminamos por esa ciudad
sólo con polo y jean. Supuse sería algo similar en Milwaukee y fuimos sólo con
casacas, gruesas, suficientes para el frío en Cuzco, pero insuficientes para el
clima extremadamente frío de la ciudad.
Mansion Pabst |
Mansion Pabst |
Llegamos poco antes de las 9am a Milwaukee. Caminamos desde
la estación hacia la Wisconsin Avenue y todo se encontraba cerrado. Cómo había
previsto, tomamos un bus y fuimos a la Pabst Mansion, una hermosa casa del
siglo XIX, construida por uno de los barones de la industria cervecera de
Milwaukee. Una muy hermosa casa de época, con los mayores adelantos
tecnológicos de esa época. Una interesante visita, guiada por voluntarios
ancianos muy amables, como el mundo es pequeño, una de las voluntarias había
estado en Perú y fue especialmente amable con nosotros. La Mansión tiene una
tienda de souvenirs con muchos productos a precios muy accesibles, compramos
varios recuerdos.
Luego fuimos hacia el centro, caminando por la Wisconsin
Avenue, alternamos tramos en la avenida con ingresos a la Marquette University,
que tiene hermosos edificios en su campus. El frío era terrible. Pero ni modo,
no encontramos tiendas donde comprar una chompa adicional a las casacas que llevábamos.
Seguimos caminando hasta que, en la misma avenida, encontramos el Build-a-Breakfast/Build-a-Burger
(633 W Wisconsin Ave), donde disfrutamos de un excelente almuerzo. Respecto a
este restaurante, copio mi comentario del Tripadvisor: “cuando viajo me preocupo por comer rico y bien atendido. En este
restaurante se cumplieron las dos condiciones. Una crema de cebolla deliciosa,
aritos de cebolla muy generosos y dos hamburguesas jugosas y con muchísimo
sabor hicieron un excelente almuerzo. Valió absolutamente la pena”.
Luego seguimos caminando, apremiados por el frío, en
búsqueda de unas chompas. Algunas cuadras más allá encontramos una galería con
tiendas abiertas y finalmente pudimos comprar lo que necesitamos. Ya bien
abrigados, el full day en Milwaukee se tornó más agradable.
Tomamos un taxi (algo que no solemos hacer en los viajes) y
fuimos hasta la Basílica de Saint Josaphat, una enorme y muy hermosa iglesia católica
que felizmente se encontraba abierta. Impresionante por sus esculturas,
pinturas y vitrales. Una visita que agradecí haber podido hacer. Luego
caminamos por el Kosciuzsko Park, que se encuentra frente a la Basílica, pero
no nos llamó la atención.
Basílica de Saint Josaphat |
Caminamos luego algunas cuadras por la 6st Street y tomamos
un bus que nos llevó hacia el centro de Milwaukee. Bajamos del bus a la altura
del Winconsin Center, al que ingresamos, pero no nos llamó mucho la atención. Luego
fuimos zigzagueando por diferentes calles, pasamos por el Pabst Theather, hasta
llegar Cathedral Square Park. La ciudad nos resultó encantadora a pesar del
frío, con muy bellos edificios por todas las calles por las que caminamos.
Basílica de Saint Josaphat |
El frío en todo momento sumamente intenso. A pesar de estar
ya muy abrigados, cuando empezaba a correr viento la sensación se hacía hasta
intolerable. Y, de hecho, éramos casi los únicos locos caminando por las
calles. Pero, sin dudarlo, lo volvería a hacer. Los edificios no son inmensos
como en Chicago, pero son muy bellos y se encuentran bien conservados. En un
momento en que el viento hizo la sensación térmica ya intolerable nos metimos a
un Starbucks a tomar un café. La atención muy amable. De hecho, no deja de
sorprenderme la amabilidad que he sentido en cada viaje que he hecho a los
EEUU. A pesar de ser latinos, en ningún momento ni ninguna ciudad hemos sido
tratados ni fríamente ni descortésmente.
Cuando sentimos que la ventisca había concluido, tomamos
valor y seguimos caminando. El destino era The Historic Third Yard. Antes de
ingresar a este pintoresco barrio, hicimos una parada de compras en el
Milwaukee Public Market, un fascinante mercado de productos artesanales, que se
encontraba lleno de personas comprando. El contraste con el resto de la ciudad,
semivacía, fue notable. Había todo tipo de productos, compramos diversas
variedades de quesos y embutidos. Y seguro comprábamos más cosas, pero ya no
teníamos espacio en las maletas para el retorno a Perú.
Luego de más de una hora en el Mercado, entramos de lleno al
Third Yard, entiendo una de las partes más antiguas de la ciudad, la que ha
sido muy bien restaurada y tiene coquetas tiendas, restaurantes, bares y cafés.
El tiempo nos quedó corto y sólo nos quedó
empezar a caminar de retorno hasta la estación del tren en el que volveríamos a
Chicago.
The Third Yard |
Una de las visitas planeadas en Milwaukee que no pudimos
realizar fue ir al Museo Harley Davidson; debimos elegir entre el centro
histórico y el museo y creo elegimos bien. Es una bella ciudad. Luego descubrí
que también nos perdimos el Museo diseñado por Calatrava y la franja costera de
la ciudad. Y, seguro, muchos más atractivos. Pero todo lo que visitamos nos
sedujo y cuando el tren emprendió la marcha hacia Chicago sentimos que valió la
pena, pero también que Milwaukee no merece sólo un día de visita.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario