sábado, 11 de abril de 2020

Milwaukee - Michigan


Partiendo de la bella Union Station de Chicago, fuimos en un tren de Amtrak a Milwaukee. Es un tramo corto, de poco más de una hora, por un hermoso camino muy urbanizado, donde el tren hizo algunas paradas, incluyendo una en la estación del Aeropuerto Internacional de Milwaukee. El tren finalmente nos dejó en la Estación Intermodal de Milwaukee, lo suficientemente cerca del centro para recorrer la zona turística caminando.
Centro de Milwaukee
Centro de Milwaukee
Cuando salimos de Chicago hacía frío, pero no era una temperatura extrema. El día anterior había soleado y caminamos por esa ciudad sólo con polo y jean. Supuse sería algo similar en Milwaukee y fuimos sólo con casacas, gruesas, suficientes para el frío en Cuzco, pero insuficientes para el clima extremadamente frío de la ciudad.

Mansion Pabst
Mansion Pabst
Llegamos poco antes de las 9am a Milwaukee. Caminamos desde la estación hacia la Wisconsin Avenue y todo se encontraba cerrado. Cómo había previsto, tomamos un bus y fuimos a la Pabst Mansion, una hermosa casa del siglo XIX, construida por uno de los barones de la industria cervecera de Milwaukee. Una muy hermosa casa de época, con los mayores adelantos tecnológicos de esa época. Una interesante visita, guiada por voluntarios ancianos muy amables, como el mundo es pequeño, una de las voluntarias había estado en Perú y fue especialmente amable con nosotros. La Mansión tiene una tienda de souvenirs con muchos productos a precios muy accesibles, compramos varios recuerdos.



Luego fuimos hacia el centro, caminando por la Wisconsin Avenue, alternamos tramos en la avenida con ingresos a la Marquette University, que tiene hermosos edificios en su campus. El frío era terrible. Pero ni modo, no encontramos tiendas donde comprar una chompa adicional a las casacas que llevábamos. Seguimos caminando hasta que, en la misma avenida, encontramos el Build-a-Breakfast/Build-a-Burger (633 W Wisconsin Ave), donde disfrutamos de un excelente almuerzo. Respecto a este restaurante, copio mi comentario del Tripadvisor: “cuando viajo me preocupo por comer rico y bien atendido. En este restaurante se cumplieron las dos condiciones. Una crema de cebolla deliciosa, aritos de cebolla muy generosos y dos hamburguesas jugosas y con muchísimo sabor hicieron un excelente almuerzo. Valió absolutamente la pena”.


Luego seguimos caminando, apremiados por el frío, en búsqueda de unas chompas. Algunas cuadras más allá encontramos una galería con tiendas abiertas y finalmente pudimos comprar lo que necesitamos. Ya bien abrigados, el full day en Milwaukee se tornó más agradable.
Tomamos un taxi (algo que no solemos hacer en los viajes) y fuimos hasta la Basílica de Saint Josaphat, una enorme y muy hermosa iglesia católica que felizmente se encontraba abierta. Impresionante por sus esculturas, pinturas y vitrales. Una visita que agradecí haber podido hacer. Luego caminamos por el Kosciuzsko Park, que se encuentra frente a la Basílica, pero no nos llamó la atención.

Basílica de Saint Josaphat
Caminamos luego algunas cuadras por la 6st Street y tomamos un bus que nos llevó hacia el centro de Milwaukee. Bajamos del bus a la altura del Winconsin Center, al que ingresamos, pero no nos llamó mucho la atención. Luego fuimos zigzagueando por diferentes calles, pasamos por el Pabst Theather, hasta llegar Cathedral Square Park. La ciudad nos resultó encantadora a pesar del frío, con muy bellos edificios por todas las calles por las que caminamos.

Basílica de Saint Josaphat
El frío en todo momento sumamente intenso. A pesar de estar ya muy abrigados, cuando empezaba a correr viento la sensación se hacía hasta intolerable. Y, de hecho, éramos casi los únicos locos caminando por las calles. Pero, sin dudarlo, lo volvería a hacer. Los edificios no son inmensos como en Chicago, pero son muy bellos y se encuentran bien conservados. En un momento en que el viento hizo la sensación térmica ya intolerable nos metimos a un Starbucks a tomar un café. La atención muy amable. De hecho, no deja de sorprenderme la amabilidad que he sentido en cada viaje que he hecho a los EEUU. A pesar de ser latinos, en ningún momento ni ninguna ciudad hemos sido tratados ni fríamente ni descortésmente.


Cuando sentimos que la ventisca había concluido, tomamos valor y seguimos caminando. El destino era The Historic Third Yard. Antes de ingresar a este pintoresco barrio, hicimos una parada de compras en el Milwaukee Public Market, un fascinante mercado de productos artesanales, que se encontraba lleno de personas comprando. El contraste con el resto de la ciudad, semivacía, fue notable. Había todo tipo de productos, compramos diversas variedades de quesos y embutidos. Y seguro comprábamos más cosas, pero ya no teníamos espacio en las maletas para el retorno a Perú.
Luego de más de una hora en el Mercado, entramos de lleno al Third Yard, entiendo una de las partes más antiguas de la ciudad, la que ha sido muy bien restaurada y tiene coquetas tiendas, restaurantes, bares y cafés.  El tiempo nos quedó corto y sólo nos quedó empezar a caminar de retorno hasta la estación del tren en el que volveríamos a Chicago.

The Third Yard
Una de las visitas planeadas en Milwaukee que no pudimos realizar fue ir al Museo Harley Davidson; debimos elegir entre el centro histórico y el museo y creo elegimos bien. Es una bella ciudad. Luego descubrí que también nos perdimos el Museo diseñado por Calatrava y la franja costera de la ciudad. Y, seguro, muchos más atractivos. Pero todo lo que visitamos nos sedujo y cuando el tren emprendió la marcha hacia Chicago sentimos que valió la pena, pero también que Milwaukee no merece sólo un día de visita.

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