He visitado 5 veces esta hermosa ciudad, a orillas del río
Paraná, en el límite del Paraguay con Argentina. Lo primero que uno pensaría es
que una ciudad tan pequeña no tendría ni por asomo el ornato que Encarnación
tiene. Pero la sorpresa es grande cuando uno llega. La ciudad, con poco menos
de 150mil habitantes tiene una infraestructura superior a cualquier ciudad
equivalente en Perú, incluso a varias mucho más grandes. Lo que es aún más
sorprendente si tenemos en cuenta el nivel de desarrollo económico relativo del
Paraguay respecto al Perú.
Ruinas de Trinidad |
El centro de la ciudad tiene calles amplias, con muy poco tráfico, esta circundado por avenidas que lo liberan del tráfico pesado, lo que es simplemente espectacular (¿que nos falta en Perú para una solución tan simple?). La ciudad vive a orillas del río Paraná, que en ese punto es majestuoso. En el lado argentino se encuentra Posadas, una ciudad más grande y con más vida nocturna y también muy bella e interesante.
La vida en la ciudad es muy tranquila. Las noches empiezan pronto y rápidamente es difícil encontrar gente en las calles. A las 8pm uno se siente como en la madrugada peruana. Quizás en la temporada de verano, cuando los turistas llenan los hoteles, la apreciación sea distinta, pero aún no he coincidido con el verano (que supongo debe ser un infierno por la alta temperatura).
Playa San José |
Para un turista foráneo, el mayor atractivo de Encarnación no se encuentra en la misma ciudad, sino en un pueblo a unos 30 minutos. En Trinidad, donde es muy fácil llegar, tomando un bus desde el Terminal, se encuentra la reducción jesuita de Trinidad. Un espacio maravilloso, si bien muy deteriorado, en el que aún se puede apreciar la magnificencia de un pasado deslumbrante. La historia de los Jesuitas es Paraguay es fascinante y lástima un periodo así de interesante de la historia de nuestro subcontinente haya terminado de esa manera.
He comido bien en Encarnación. He almorzado algunas veces en el mercadillo de comidas, junto al terminal. Destaco entre todo, un asado que me resultó deslumbrante, además un guiso de gallina para chuparse los dedos. El mejor restaurante donde he cenado es el Milord, notable, pequeño, pero de gran sabor y servicio. Otros lugares donde he comido muy sabroso son el Vicios y el Gosh Sandwich en la Plaza de Armas. Un local barato, de empanadas contundentes, típico para los lugareños, es el Comedor doña Cloti. Lo cierto es que hay mucha oferta gastronómica.
En Encarnación sólo he visitado un bar, el Galway Irish Bar.
Perfecto para mí. Copio el post que escribí en caliente en el Tripadvisor: “Pocas veces puedo decir que el 100% de las
canciones que pasaron fueron de mi agrado. Me encantó el local, la música los
tragos, los precios. Si vuelvo a Encarna, Volveré”. Y definitivamente, si
vuelvo por Encarna, iré al Galway. Aunque también pienso en todos los sitios
donde he comido rico y deseo volver a hacerlo.
Puente Internacional |
Iglesia de Encarnación |
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