Hace ya algunos años fuimos por primera vez a esta hermosa
ciudad del sur chileno. Había previsto ir a Puerto Montt, pero un amigo chileno
me comentó que mucho más bonita era Puerto Varas y que, desde allí si quería, visite
Puerto Montt. Estuvo en lo cierto, Puerto Varas es un pueblo pequeño, pero
notablemente hermoso, muy distinto de Puerto Montt, que tiene un perfil más de
puerto y ciudad industrial, con poco interesante por ver.
Lago Todos los Santos |
Desde la llegada, Puerto Varas me resultó una interesante ciudad. Llegamos en bus, en Cruz del Sur desde Santiago de Chile, un bus muy cómodo, con excelente servicio a bordo. El terminal ya era algo distinto a lo que estamos acostumbrados en Perú, una antigua construcción de madera, que luego vimos en otros pueblos, pero en Puerto Varas fue nuestra primera aproximación a este tipo de construcciones.
Nos hospedamos en un backpacker cercano, el Casa Azul, hacia el que caminamos tras desembarcar. Recorrimos una ciudad fría, gélida, con viento helado en el rostro, aunque íbamos bien abrigados, la sensación era extrema. El hospedaje también era una construcción de madera, como casi todas las viviendas de la ciudad. Pequeño, simple, pero suficiente para una estadía de dos noches.
Uno de los días hicimos un full day hacia la isla de Chiloé; otro aprovechamos para un tour por los lagos cercanos y el resto del tiempo nos quedamos en el pueblo. Aunque por unas horas fuimos a Puerto Montt (completamente prescindible la visita).
Volcán Osorno |
En Puerto Varas hay, tres actividades básicas para hacer. La primera es un tour por los lagos. Hay múltiples opciones, incluso con tours que van hasta Bariloche en Argentina. Escogimos uno de medio día que nos llevó hasta el pueblo de Petrohue, a orillas del lago Todos los Santos, que luego recorrimos en un bote hasta Peulla. Los paisajes son indescriptibles, de una belleza inenarrable. Era nuestra primera visita a un lugar así y fue simplemente maravilloso.
La segunda actividad es recorrer el malecón junto al lago Llanquihue, que proporciona hermosas vistas de este lago, teniendo como fondo el volcán Osorno. Es tan relajante que perfectamente se puede dedicar una mañana o tarde completa a disfrutar del entorno. Hermosas casas y hoteles en la orilla y paisajes de ensueño hacia el interior del lago. Es posible tomar un bote y surcarlo, pero preferimos no hacerlo cuando estuvimos. Nos fue suficiente disfrutar de la orilla y del entorno.
La tercera actividad es hacer la ruta de casonas monumentales del pueblo, hay varias guías que indican cuales son y que rutas seguir. Puerto Varas es un lugar pequeño, así que todo es posible hacerlo caminando. Hay hermosas mansiones, de estilo europeo, la mayoría de inicios o mediados del siglo XX, cuando el lugar recibió una importante migración europea, lo que es muy apreciable en las fisonomías, nombres de las personas y en la gastronomía.
Construcción Tradicional de Puerto Varas |
Otra actividad que se disfruta, y mucho, en Puerto Varas es la gastronomía. Chile no es un país que destaque por su buena comida. Pero Puerto Varas es la excepción que confirma la regla. Hay múltiples opciones para desayunar, almorzar o cenar. Los precios suelen ser altos, pero bien que vale la pena. Los sabores son muy sabrosos y los platos, principalmente basados en salmón y mariscos son presentados elegantemente, lo que hace de la experiencia gastronómica sobresaliente.
En el tiempo transcurrido he olvidado la mayor parte de los locales donde disfrutamos la fina gastronomía del pueblo. Pero hay uno que siempre tengo en la mente, el Club Alemán. Alguien nos los recomendó (por cierto, todos son muy amables en Puerto Varas) y decidimos probar. Comida alemana con platos basados en salmón y mariscos, sabrosa y contundente.
Recuerdo que entramos al Club, nos sentamos en una mesa en el restaurante y cuando me percaté había tres diferencias notables con los demás comensales. La primera y muy obvia, todos (excepto nosotros) eran ancianos. La segunda casi decantándose es que todos eran personas del mismo pueblo, o al menos chilenos. Y la tercera, es que todos estaban elegantemente vestidos y nosotros éramos como dos mochileros fuera de lugar. A pesar de eso, los mozos, también elegantemente vestidos, nos atendieron con cordialidad y disfrutamos de uno de los mejores (sino el mejor) almuerzo en todos los viajes que hemos hecho a Chile.
Revisando el mapa del pueblo, recordé El Barista Café, un agradable local donde paramos un momento a tomar algo. Encontré mi post, escrito en caliente, en el Tripadvisor “El local es muy agradable, bien decorado. La atención podría ser más cordial, pero es razonablemente buena. Mi esposa pidió un café capuccino que estaba muy sabroso y yo un té, que fue servido en una coqueta tetera. Es un local adecuado para descansar y disfrutar de un rato de relajación”.
Una descripción simple de Puerto Varas sería “un destino de cuento de hadas”. La belleza de su arquitectura, de su entorno y la amabilidad de su gente lo hacen un lugar al que quiero volver siempre.
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