domingo, 13 de septiembre de 2020

Posadas, provincia de Misiones Argentina

He estado en Posadas 4 veces. Es una bella ciudad. De hecho, no diría que es un gran destino turístico, pero si es agradable y entiendo muchos la utilizan como base para ir hacia las cataratas del Iguazú, yendo desde el lado argentino.

Posadas en una ciudad moderna. Con grandes edificios y una muy buena infraestructura hotelera. Me he hospedado en dos hoteles céntricos, el Hotel Posadas y el Hotel Continental, ambos realmente muy buenos, por el tipo de cambio favorable a un excelente precio.

Posadas es una ciudad fronteriza, queda frente a Encarnación en Paraguay, separadas por el río Paraná, ambas ciudades conectadas por el puente internacional, que tiene también un tren que va y viene de lunes a viernes. El contraste entre ambas es notable. Encarnación es una ciudad más apacible y residencial, Posadas más cosmopolita y moderna. Sin embargo, ambas me resultan agradables.

He conocido muy poco del área metropolitana de la ciudad, pero creo que sí lo más importante (desde una perspectiva turística), el centro y la zona de malecón junto al río. De calles y avenidas amplias, todas ellas arboladas, con un intolerable calor en verano, que se prolonga casi todo el año, con bellas residencias de una época mejor, un excelente sistema de transporte público y algunos edificios realmente interesantes, alrededor de la Plaza 9 de julio.

He intentado, en cada visita a Posadas, visitar sus museos y casi siempre los he encontrado cerrados. Sólo he podido ingresar a dos de los mismos: El museo Juan Yaparí, con muestras artísticas itinerantes. Cuando fui, de artistas locales. Interesante, lo mejor, la amabilidad de los encargados, que se sorprendieron mucho de la presencia de un peruano. También pude visitar el museo histórico Aníbal Cambas, que tiene una muy buena infraestructura y una muestra que permite tener una idea clara del devenir histórico de la Provincia.

He comido muy muy rico en Posadas. Con larga distancia, donde más rico he comido ha sido en La Querencia, uno de los locales tradicionales de la ciudad, sobre la Plaza 9 de julio. Recuerdo la morcilla y los chorizos y se me hace agua la boca. Un local tradicional, antiguo, clásico. Sin dudarlo, volveré. He comido también sabroso en el Café Vitrage y el Bar Español. He disfrutado un agradable café en el Café Martínez, un clásico argentino. Sin embargo, tengo un entrañable recuerdo de los panchos El Rayo, en la Calle Bolivar, que es el eje de la ciudad, deliciosos, contundentes, baratos, una satisfacción plena a un precio increíble.

                             

Por el tipo de cambio, se puede encontrar ropa y calzado a buenos precios. Sólo hay que tener paciencia y sobre todo, soportar el inclemente calor que hay casi todo el año.


La costanera, sobre el río Paraná tiene hermosas vistas, permite apreciar tanto el río como Encarnación en Paraguay. Sobre ella, es especialmente interesante el Monumento al Comandante Andresito, aunque se puede caminar muy cómodamente por muy largos tramos, o incluso correr, si se tiene los implementos adecuados.


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