Cuando decidimos visitar Concepción, hice una mirada rápida de que cosas
hacer estando allá y se me ocurrió visitar Talcahuano y Lota. Estando en
Concepción decidí añadir dos destinos más cerca (Laja y Tomé). Sumados los 4
destinos cercanos a los atractivos propios de la ciudad me resultó un viaje
corto muy interesante.
Llegar a Lota me resultó muy sencillo y económico. A pocas
cuadras del hotel donde me quede se encuentra la estación del Biotren. En el tren
viajé hasta el pueblo de Coronel (en un viaje de unos 25minutos) y desde allí en
bus hasta Lota (unos 10 minutos más). Un trayecto bastante cómodo, con algunos
paisajes interesantes, sobre todo en el último tramo de Coronel a Lota. Hasta
Coronel, se pueden considerar suburbios de Concepción.
En Lota había previsto visitar los dos atractivos principales:
la Mina Chiflon del Diablo y el Parque Isidora Cousiño. Lota fue un pueblo
minero, donde operaban diversas minas de carbón, todas ellas hoy abandonadas.
La mina Chiflon del Diablo es utilizada solo para visitas turísticas. El Parque
fue construido por los propietarios de la mina y realmente es de una belleza
impresionante.
La Mina esta muy bien organizada como destino turístico. Hay
visitas guiadas cada hora y los guías son exmineros que hacen que la
experiencia linde en lo vivencial. Sólo se visita una mínima parte de los muy
largos socavones, que empiezan cerca a la orilla del mar y se extienden varios kilómetros
debajo del océano. No es una visita extenuante, aunque hay que tener cuidado en
las bajadas y algo de energía para la subida. Si uno es claustrofóbico ni
intentarlo.
Lo más enriquecedor de la visita es tener como guía a un ex
minero, lo que en cierta medida hace que uno “viva” la experiencia desde la
perspectiva íntima del trabajo cotidiano que realizaban. Claramente un trabajo
muy duro, en condiciones difíciles y, sin dudarlo, con un gran nivel de explotación.
La baja competitividad de la mina hizo que cierre hace unos 20 años.
Al salir de la mina fui al parque Isidora Cousiño. La
contracara de lo que se puede vivir en la mina. El parque y el palacio en medio
del mismo (perdido luego de un terremoto) fue el regalo de bodas del magnate
dueño de la mina a su esposa, cuyo nombre tomó el parque. Es precioso, en la
cima de un acantilado, con hermosas vistas de la bahía y múltiples especies de árboles,
muchas de ellas traídas de distintas partes del mundo.
Cada hora, una guía turística, vestida en traje de época,
hace una visita guiada al parque. Una caminata rápida de unos 15 minutos que muestra
los atractivos principales y pone en contexto la visita. Está incluido en el
costo, por lo que sugiero aprovecharlo. Ya luego uno camina solo por los
múltiples senderos del parque, para disfrutar su bello interior y sus hermosas
vistas de la bahía.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario