miércoles, 18 de marzo de 2020

Lota, un pueblo minero en el Biobio


Cuando decidimos visitar Concepción, hice una mirada rápida de que cosas hacer estando allá y se me ocurrió visitar Talcahuano y Lota. Estando en Concepción decidí añadir dos destinos más cerca (Laja y Tomé). Sumados los 4 destinos cercanos a los atractivos propios de la ciudad me resultó un viaje corto muy interesante.


Llegar a Lota me resultó muy sencillo y económico. A pocas cuadras del hotel donde me quede se encuentra la estación del Biotren. En el tren viajé hasta el pueblo de Coronel (en un viaje de unos 25minutos) y desde allí en bus hasta Lota (unos 10 minutos más). Un trayecto bastante cómodo, con algunos paisajes interesantes, sobre todo en el último tramo de Coronel a Lota. Hasta Coronel, se pueden considerar suburbios de Concepción.


En Lota había previsto visitar los dos atractivos principales: la Mina Chiflon del Diablo y el Parque Isidora Cousiño. Lota fue un pueblo minero, donde operaban diversas minas de carbón, todas ellas hoy abandonadas. La mina Chiflon del Diablo es utilizada solo para visitas turísticas. El Parque fue construido por los propietarios de la mina y realmente es de una belleza impresionante.


La Mina esta muy bien organizada como destino turístico. Hay visitas guiadas cada hora y los guías son exmineros que hacen que la experiencia linde en lo vivencial. Sólo se visita una mínima parte de los muy largos socavones, que empiezan cerca a la orilla del mar y se extienden varios kilómetros debajo del océano. No es una visita extenuante, aunque hay que tener cuidado en las bajadas y algo de energía para la subida. Si uno es claustrofóbico ni intentarlo.



Lo más enriquecedor de la visita es tener como guía a un ex minero, lo que en cierta medida hace que uno “viva” la experiencia desde la perspectiva íntima del trabajo cotidiano que realizaban. Claramente un trabajo muy duro, en condiciones difíciles y, sin dudarlo, con un gran nivel de explotación. La baja competitividad de la mina hizo que cierre hace unos 20 años.


Al salir de la mina fui al parque Isidora Cousiño. La contracara de lo que se puede vivir en la mina. El parque y el palacio en medio del mismo (perdido luego de un terremoto) fue el regalo de bodas del magnate dueño de la mina a su esposa, cuyo nombre tomó el parque. Es precioso, en la cima de un acantilado, con hermosas vistas de la bahía y múltiples especies de árboles, muchas de ellas traídas de distintas partes del mundo.


Cada hora, una guía turística, vestida en traje de época, hace una visita guiada al parque. Una caminata rápida de unos 15 minutos que muestra los atractivos principales y pone en contexto la visita. Está incluido en el costo, por lo que sugiero aprovecharlo. Ya luego uno camina solo por los múltiples senderos del parque, para disfrutar su bello interior y sus hermosas vistas de la bahía.

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