En una estadía tan corta es poco lo que se puede visitar.
Pero, a pesar de la larga caminata que hice, el poco tiempo que estuve en la
ciudad fue perfecto. Poder disfrutar de una ciudad tan bella durante un tranquilo
y frío domingo fue una de las mejores experiencias del año.
Aterricé en Ezeiza, donde perdí como una hora por la excesiva
afluencia de personas en Migraciones. Tome un taxi hasta el hotel Villa Roma, a
pasos del Luna Park y de Tienda León, el transfer en el que había previsto
regresar a Ezeiza. El hotel es pequeño pero cómodo y de precio razonable (favorecido
por el tipo de cambio). De hecho, solo lo use para darme un duchazo y dejar la
mochila.
Al salir del hotel lo primero que hice fue ir a Tienda León
para pagar mi ticket del transfer de retorno. Por un momento pensé ir hacia
Puerto Madero, pero decidí dejar esa visita para el final del día. Subí por
Corrientes y pasé por el hermoso edificio de Correos, donde ahora funciona el
Centro Cultural Kirchner. Avancé una cuadra más y entre por la calle 25 de mayo
y luego seguí por Reconquista hasta llegar a la Plaza de Mayo. En ambas calles
hay muy bellas construcciones que deben ser de inicios del siglo XX, el momento
de mayor esplendor de la ciudad.
He estado algunas veces en Buenos Aires y por primera vez
pude entrar a la Catedral Metropolitana de la ciudad. Si bien desde fuera no me
había resultado una estructura interesante, el interior es muy hermoso, a la
altura de una ciudad tan señorial como Buenos Aires. No es una iglesia
colonial, pero si tiene una majestuosidad que la hacen muy atractiva.
Frente a la Catedral se encuentra el Museo Nacional del
Cabildo que es un interesante museo que permite conocer la historia sobre la
formación de la República Argentina. Empezó con diferentes estados semi independientes
que terminaron consolidándose en una república federal. Desconocía la historia
de los primeros años del país y allí pude tener una idea clara de como se formó
esta hermosa nación.
Al salir del museo estuve unos minutos en la Feria de
Consumo Responsable, en la Av. Presidente Roca. Luego caminé por la calle Bolívar
y tras avanzar unos pocos pasos, en el Kiosko de Empanadas, compré dos empanadas
y un café que fueron mi desayuno ese día. Fue mi primera sorpresa sobre los
precios en la ciudad, por la devaluación me pareció muy barato.
Luego avance una cuadra hasta la Iglesia de San Ignacio de
Loyola, que entiendo es la más antigua de la ciudad. Fui con mucha expectativa pues
me encantan las iglesias antiguas, pero la verdad no me resultó nada
interesante. Justo llegué en hora de misa y pude ingresar, pero la visita no
valió la pena. Una cuadra antes de la iglesia se encuentra el NH Hotel de Buenos Aires, una hermosa construcción art decó, realmente una belleza.
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