Hace algunos años fuimos a Chicago. Teníamos, en ese
momento, la duda entre viajar a Chicago o Nueva York. Finalmente conseguimos
pasajes baratos para Chicago y fuimos hacia allá. Después hemos ido a Nueva
York. Ambas ciudades nos fascinaron, aunque hayamos conocido sólo una pequeña
parte de las mismas.
Rumbo a la Jhon Hancock Tower |
En Chicago estuvimos tres días. La mañana de un día la
dedicamos a recorrer la zona denominada Milla de Oro. Nos fue sencillo llegar
desde nuestro hotel, ubicado en la zona céntrica de la ciudad, a unas cuadras
del Ogilvie Transportation Center. Tomamos el metro, hicimos el intercambio en
The Loop, tomamos la Red Line y bajamos en la Estación Clark /Division. Desde
allí empezamos a caminar hacia el Washington Park, donde hicimos una breve
parada, antes de ir al Jhon Hancock Center, nuestra primera visita del día.
Jhon Hancock Tower |
Tuvimos mucha suerte, era temprano cuando llegamos, sin
formar colas subimos hasta el mirador, donde había muy pocas personas. Lo que nos
permitió disfrutar de la visita y las vistas con tranquilidad. Hay una muy
surtida tienda de souvenirs, pero los precios sumamente altos, así que nos
contentamos con mirar el lago, la ciudad y la campiña circundante. Desde un
edificio tan alto, se podía ver a muchos kilómetros a la distancia, incluyendo
el skyline de la ciudad de Chicago, algo antes solo visto en películas o
series.
Vistas desde la Jhon Hancock Tower |
Al salir, caminamos hacia el lago. El día era frío, pero
perfecto para caminar, con una deliciosa brisa, entre fría y helada, que se
sentía refrescante sobre el rostro. Regresamos caminando por la Chestnut
Street, en una sencilla y acogedora cafetería de esta calle, que tenía mesas
exteriores, tomamos unos cafés y compartimos un postre. Luego hicimos todo el
recorrido matinal teniendo como eje la Michigan Avenue.
Sobre la Michigan Avenue, entramos al mall Water Tower
Place, un inmenso centro comercial con muchísimas tiendas. A pesar de ser un
día de descuentos, los precios nos parecieron muy altos. Compramos algo ligero en
el Wow Bao del mall (vimos una larga cola, que avanzaba rápido y decidimos
probar). Luego nos sentamos un rato a comer lo adquirido en la plaza de la Old
Water Tower. Una plaza pequeña y muy coqueta. Rodeada de bellos edificios y con
muchísimas personas caminando por ella.
Water Tower |
Luego caminamos por los alrededores, manteniendo como base
la Michigan Avenue. Edificios modernos y clásicos. Vimos una liquidación en una
tienda de Gap para niños y entramos. Los precios nos resultaron increíbles. En
Perú es una marca relativamente cara y nunca habíamos comprado nada de ella.
Esa vez nos faltaron manos para comprar y, tras la visita a la Milla de Oro,
tuvimos que volver al hotel a dejar las bolsas.
Seguimos caminando, por acá y por allá tiendas de lujo,
muchas de ellas las conocía de nombre, por publicidad en alguna revista o un
reportaje sobre marcas de lujo. Entre todas las tiendas, quizás la que más me
llamó la atención fue Tiffany&Co, pero la cantidad de boutiques de lujo era
interminable.
La Michigan Avenue concluye en dos hermosos edificios, ambos
de inicios del siglo XX, la Tribune Tower y el The Wrigley Building.
Preguntamos en el primero de ellos y era posible hacer una visita guiada, pero
el horario no nos favorecía. Por el Dusable Bridge cruzamos el río Chicago y
entramos al centro de la ciudad.
La caminata por la Milla de Oro nos tomó algo más de una
mañana. Salimos del hotel al concluir el desayuno y regresamos algo después de
la hora del almuerzo, para dejar las bolsas de Gap. Solo entramos a un mall y
una tienda. Si se entra a todas las tiendas, la visita puede durar varios días.
Para un peruano promedio, ir de compras a la Magnificent Mile de Chicago es
imposible. Tuvimos mucha suerte en la tienda de Gap, pero seguro si alguna vez
volvemos, no compramos en la zona más que unas botellas de agua. Sin embargo,
si uno disfruta el caminar por un barrio de fascinante arquitectura, la visita
es casi obligatoria.
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