sábado, 20 de junio de 2020

De paseo por el río Chicago

Antes de viajar a Chicago, en la página Tripadvisor y en otras fuentes en internet, indagué sobre las actividades turísticas que debíamos realizar en la ciudad. Una de las opciones muy recomendadas era un paseo en lancha por el río Chicago, un tour que empieza y concluye en el Navy Pier. Había múltiples alternativas de paseos en bote, de diverso tiempo y costo, en el río y en el lago. Diversos paseos en el río, y desde paseos diurnos por el Lago Michigan, hasta cenas románticas en el mismo, de todo un poco. Finalmente, por restricciones de tiempo y presupuesto, escogimos la más barata, que era un paseo de poco más de una hora en el Río Chicago.




Tras pasear en la rueda de Chicago ubicada en el Navy Pier y almorzar en el patio de comidas, fuimos al embarcadero y empezamos el tour. El mismo es simple, un ida y vuelta por el río Chicago. Se “pierden” algunos minutos en la exclusa en la que se eleva el bote para entrar al río. De hecho, al río se le cambió el sentido. Antes desembocaba en el lago y ahora fluye hacia el Misisipi. Una solución sanitaria que sirvió también para el transporte de carga.





El recorrido es corto, poco más de una hora. Los minutos que se gastan en la exclusa son pocos y, de hecho, para quien no ha vivido una experiencia de ese tipo, algo interesante. Saliendo del lago, los primeros metros del recorrido, se discurre junto el Chicago RiverWalk, una zona de parques rivereños que van desde el Lago Michigan hasta la altura de la Trump Tower de Chicago. Hay muchos edificios interesantes en el camino, realmente maravillas de la arquitectura de rascacielos. De diversas épocas y diferentes alturas, una delicia para quien disfruta el turismo urbano.



Luego de juntarse con el North Chicago River, el recorrido sigue hacia el sur, se pasa la Torre Willis, de la que se tienen hermosas vistas y se llega hasta una zona industrial y ferroviaria, para mí, también muy interesante. A esa altura el bote da vuelta y empieza el retorno.




En el camino hay muchos puentes levadizos, uno en cada calle que cruza el río. De ida todos estaban abajo y, por lo que nos comentó la guía, es extraño que se levanten. De regreso, tras pasar la confluencia del North Chicago, empezamos a seguir un velero que si requería que los puentes levadizos se levanten. Algo totalmente imprevisto, que fue una experiencia hasta increíble, ver los pesados y antiguos puentes de hierro levantarse fue impagable.




Chicago es una ciudad tan interesante que seguro volveré, al menos eso espero. Y estando allá, pasear nuevamente por el río es algo que resulta para mi ineludible. Supongo llegado el momento investigaré sobre tours y tomaré uno más largo.


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