Montevideo,
capital del Uruguay, es una ciudad apacible y de mediano tamaño. Comparada con
otras capitales del continente, una ciudad tranquila y ordenada, con un tráfico
suave, sin aspavientos ni congestiones y un excelente sistema de transporte
público. Aunque no tiene un metro, los grandes buses que circulan por la ciudad
son perfectos para trasladarse cómodamente por ella. La primera vez que la
visitamos fuimos en bus desde Colonia del Sacramento, la segunda vez en un auto
que arrendamos en Colonia y nos permitió disfrutar con tranquilidad de la
ciudad y parte del interior del país.
Montevideo
es una ciudad marcada por el Río de la Plata. Desde la Ciudad Vieja, pasando
por Punta Carretas y Pocitos se extienden infinitas ramblas que juntan la
ciudad con el río. Lugares amplios y tranquilos, que ambas veces que estuvimos
en la ciudad tenían a muchas personas disfrutando del sol otoñal o haciendo
ejercicios.
En ambas
oportunidades, han sido tres los ejes en los que nos hemos movido: el primero
de ellos, el eje entre la Ciudad Vieja y el Estadio Centenario y el inmenso
parque que lo circunda, el segundo la zona de Punta Carretas y Pocitos, el
tercer eje las ramblas que se extienden hasta Carrasco y más allá. Las dos
primeras zonas pueden perfectamente caminarse, el camino de las ramblas si
requiere un auto pues es una ruta bastante larga.
Quizás la
parte más atractiva de la ciudad es la Ciudad Vieja y el Centro. Bellos edificios,
principalmente de los siglos XIX y XX, entre los que destacan, sin ninguna
duda, el Palacio Salvo y el Teatro Solís, ambos a muy pocas cuadras entre sí,
en la zona denominada Centro. Más allá
del Teatro Solís se encuentra lo que se denomina la Ciudad Vieja, que se
encuentra en un proceso de puesta en valor. Hay muchos restaurantes, tiendas de
artesanía, todo alrededor de la peatonal Sarandí que empieza en la Plaza Matriz
y lleva hasta el puerto antiguo.
La zona portuaria es muy interesante, en ella el Mercado del Puerto resulta encantador, con múltiples opciones para comer (aunque los precios son altos). Ambas zonas, la ciudad vieja y el centro se pueden explorar con tranquilidad durante una mañana o tarde. En la Calle Florida, a pocos pasos de la Plaza Independencia hay una tienda de artesanías y souvenirs, regentada por una persona muy mayor (no sé si aún viva) con una oferta muy diversa de pequeñas cosas para comprar a precios muy económicos.
Saliendo de
la Plaza Independencia se camina con comodidad por la calle 18 de Julio, el eje
central de la ciudad, con bonitos edificios a un lado y al otro. Se puede
explorar las laterales. Resulta interesante la fuente de los candados, en la
Plaza Juan Pedro Fabini, donde los novios enroscan un candado para jurarse amor
eterno. Sugiero recorrerla a pie hasta la Intendencia de Montevideo y desde
allí tomar un bus (o un taxi) hasta el Parque del Estadio Centenario, que es
muy bonito y amplio. Acá se encuentra el Monumento a la Carreta, que es uno de
los iconos de la ciudad. Esta segunda etapa del paseo se acomoda a una tarde (o
una mañana).
Otra zona
que nos resultó interesante de visitar fue Punta Carreta y Pocitos, donde hay
muchos restaurantes de alta gama, con precios medios –altos, pero una gran
sazón. Es una zona residencial que resulta interesante para quienes disfrutan
de la arquitectura urbana. Se parece mucho Buenos Aires, aunque sin el tráfico
ni la desesperación que uno percibe en las calles. El Punta Carretas Shopping
es un buen lugar para ir de compras (si se está dispuesto a comprar a altos
precios) o sólo a descansar un rato en sus cafés o incluso disfrutar de su
cómodo cine.
El paseo
por las ramblas en ruta hacia Carrasco y la Ciudad de la Costa si requiere de
un tour o un auto pues es bastante largo. Imposible de caminar. Si uno desea
disfrutar de las ramblas más próximas al centro de la ciudad es perfecto, todas
son lindas y tranquilas, con muchas personas disfrutando de ellas.
Montevideo
es una ciudad tranquila. Las personas son muy amables, no hay temor en pedir un
dato sobre donde ir y como llegar, todos responden con lujo de detalles y te
hacen sentir bienvenido. Algo que, definitivamente, no se puede decir de otras
ciudades. La amabilidad de la gente, la belleza urbana de la ciudad y las
postales que las ramblas dan del río de la Plata son un perfecto motivo para
volver alguna vez más.
Ah, verdad,
inolvidable e imperdible, las Empanadas Las
Cibeles, en San José 1242, centro de la ciudad, copio lo que postee en el
Tripadvisor en caliente luego de visitarla dos veces “Las empanadas son maravillosas y los pasteles deliciosos, el pastel de
pollo sublime. En un local antiguo, con un servicio espectacular. Pocas veces
nos hemos sentido tan a gusto en un restaurante. Los dos días en Montevideo
desayunamos acá, para que buscar más si lo que encontramos fue perfecto.
Realmente felicitaciones. Los precios increíbles, la mejor comida en el viaje,
al mejor precio posible. Cuando volvamos a Montevideo, seguro volveremos a
comer aquí”.